El taller de cerámica en barro ofrece a los jóvenes migrantes solos una experiencia creativa y transformadora. A través del modelado y el manual de creación, desarrolla habilidades de concentración, paciencia y resolución de problemas, mientras canalizan emociones y expresan su identidad en cada pieza. Además, este tipo de actividad potencia la autoestima al convertir el esfuerzo en obras tangibles, fomenta el trabajo en equipo al compartir técnicas y aprendizajes, y refuerza la conexión con el entorno mediante un arte milenario. Es un espacio donde no solo moldean el barro, sino también su confianza.
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